Un elemento muy importante para la economía de México es el gas, nuestra industria lo necesita, tanto así que el 50% de la energía eléctrica en el país se hace con gas, mediante el llamado ciclo combinado.
En el caso de que existiera escasez de gas, nuestra economía podría pasar problemas muy graves, tanto en la industria como en la producción de electricidad, es aquí en donde el gas natural cobra relevancia.
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El ciclo combinado del gas natural es más eficiente, ya que aprovecha el vapor y el calor que generar electricidad. Este proceso es muy eficiente y una apuesta para muchos países, como el nuestro, en la década de los 90 se construyeron varias centrales importantes para comenzar a consumir gas natural.
Uno de los retos importantes por los que pasó el país respecto al tema del gas natural fue la escasez de la producción de este recurso. En el año 2012 hubo una alerta crítica de gas natural, en un momento en el que la demanda crecía para la generación de electricidad.
México tiene un potencial enorme en gas tanto convencional como no convencional, pero se ha tomado la decisión de no producirlo en parte por un régimen fiscal, el cual no es muy favorable para Pemex.
Otra razón es porque a Pemex le ha interesado producir petróleo en lugar de gas, debido a que la diferencia del precio es enorme. Sin embargo, México se encuentra en una posición privilegiada a nivel mundial, por su ubicación geográfica y por el hecho de que en Texas existe una producción muy importante de gas natural que no tiene salida hacia otras latitudes de Estados Unidos.
Por lo anterior, se tomó la decisión que con el objetivo de abastecer de gas natural a las plantas que suministran energía eléctrica, se construyeran gasoductos, para bajar ese gas barato proveniente de Texas.
De este modo, se creó un plan nacional de gasoductos en lugares estratégicos, entre ellos los gasoductos sociables, que aunque no son comercialmente viables porque la demanda no es lo suficientemente grande, sí permiten detonar el desarrollo en lugares no tan privilegiados, como Chiapas, Oaxaca o Guerrero.
En conclusión, sin gas corremos el riesgo de que nuestras industrias se vayan a donde les aseguren electricidad y gas abundante y barato. México tiene mucho gas pero en el subsuelo, además de tener un mercado como el de Estados Unidos que ofrece enormes cantidades de gas a un precio muy bajo.
La única manera de salir adelante es cuidando nuestros recursos naturales y adoptando tecnologías más eficientes.
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